Un pleito de alto voltaje es el que tendrá el panameño Celestino "Pelenchín" Caballero el próximo 21 de noviembre, cuando intercambie metrallas con el campeón súper gallo de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), el canadiense Steve Molitor.
Será una pelea de unificación mundialista, en la que también estará en juego el cetro de las 122 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) que posee "Pelenchín".
De seguro que hoy son muchos los panameños que le ven pocas posibilidades de victoria a Caballero, luego de su última defensa con el venezolano Lorenzo "Lencho" Parra.
Es cierto que en esta refriega se puso en evidencia que "Pelenchín" tiene un boxeo no tan depurado, pero nadie puede negar hoy que ha sido efectivo.
Desde que entré a trabajar en Editora Panamá América hace cinco años, recuerdo que Caballero siempre lanzaba aquellos golpes que todos conocen como "Pelenchinazos". Golpes que muchos coreaban.. golpes que le dieron a Panamá un título mundial, pero que hoy, inexplicablemente, no gustan a la mayoría de los panameños.
He escuchado a varios fanáticos del boxeo decir que en las cuatro defensas exitosas que ha realizado "Pelenchín" ha enfrentado a peleadores de bajo perfil.
Es a estos fanáticos a quienes les aclaro hoy, que desde que "Pelenchín" capturó el cetro de la AMB, siempre le ha lanzado retos a los otros monarcas mundiales de los diferentes organismos. De que los otros campeones no hayan querido aceptar su reto es otra cosa.
Pero hoy todo eso ha quedado atrás, porque el pleito que tanto soñó "Pelenchín", de unificar su título, es una realidad.
Como siempre ha sido mi costumbre de hacer público mi pronóstico, hoy les aseguro que "Pelenchín" se convertirá en súper campeón el próximo 21 de noviembre.
Así como leen. Soy de los que piensa que "Pelenchín" pelea dependiendo del rival que tenga al frente. Para muestra fue ese combate en Tailandia, donde para muchos era imposible ganar.
Sé que el tiempo me dará la razón.. sé que "Pelenchín" volverá a darle más alegría a Panamá, para satisfacción de todo los incrédulos.