Panamá denunció ante la FIFA la hostilidad, agresión e irrespeto que sufrió la selección nacional en su partido ante El Salvador y pidió investigar la actuación "sospechosa" del árbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez.
Las acciones fueron presentadas por el presidente de la FEPAFUT y miembro de la Comisión de �tica de la FIFA, Ariel Alvarado, quien afirmó que la actuación del árbitro influyó directa y negativamente en el resultado del partido. El dirigente pidió sanciones severas para Rodríguez y vetar al estadio Cuscatlán
Alvarado sostiene que Rodríguez no se atrevió a pitar un penal a favor de Panamá que se cometió frente a sus narices; pero luego -sin estar cerca de la jugada- inventa un penal inexistente a base de una simulación y expulsa a Carlos Rivera con tarjeta roja directa. Posteriormente, por efectos de otra simulación de un jugador salvadoreño, expulsa con roja directa a Adolfo Machado.
El dirigente panameño califica lo sucedido en el Cuscatlán "como si te hubieran asaltado, robado y linchado" "El juego limpio (fair play) jamás existió, ni por parte de los fanáticos, ni por los jugadores salvadoreños, árbitros, ni por parte de la propia Federación Salvadoreña de Fútbol", añadió.
Resaltó que a los jugadores panameños les lanzaban desde las tribunas botellas y bolsas de orina desde las tribunas ante la pasividad del árbitro. Alvarado censuró al jugador salvadoreño Alfredo Pacheco, quien tiró al suelo la banderita panameña, que se le entregó en el saludo protocolar.