Con un muro de alegría y sorpresas se chocó Nigga cuando arribó a tierra azteca.
Miles de fanáticos abarrotaron el "Palacio del abuelo" para ver a la estrella del reggae panameño. Arañasos, gritos, euforia (le robaron el blink blik y la camisa a Erick Yair) fue lo que se suscitó con la entrada de Nigga a este lugar.
Ropa interior, gorras, suéter, camisas, cartas, collares, pulseras y crucifijos son algunas de las cosas que el chico ha coleccionado, de sus fans durante sus presentaciones, todo el mes de junio.
Nigga regresó a nuestro país para adquirir documentos de derecho de autor en el MEDUC, y regresará mañana al DF para proseguir con su gira hasta el 31 de julio. Unas 26 presentaciones le esperan al chico, en localidades como Puebla, Veracruz y el DF, de México.
Un repertorio de 15 canciones, como "Te quiero", "Eres una niña", "Déjala" y "Si no te tengo", son coreadas por cuates y chicas.
"Me siento como en un sueño", afirmó el "Romantic Stile", quien está viviendo en una casa vecina a la de Marco Antonio Solís, "El Buqui".
Una locura que jamás había soñado, pues en este país norteño solo se escucha la música pop, la cumbia y el tex-mex.
"Es bueno que la música de Panamá llegue, pues sirve para abrirle camino a otros artistas, porque México es una puerta grande para el mundo", concluye Nigga.