Martín Torrijos inició ayer su despedida como presidente de la República y pronunció su último discurso ante el pleno de la Asamblea Nacional.
En las curules tuvo casa llena, principalmente de los miembros de su bancada, pero en las gradas fueron unos pocos quienes acudieron al parlamento a escuchar la despedida de Torrijos.
A diferencia de años anteriores, el discurso pronunciado por Torrijos fue breve y omitió enumerar las obras realizadas. En su lugar, anunció que la Presidencia ordenó la edición de una memoria donde se detalla toda y cada una de los proyectos realizados en el último quinquenio y en especial la mitad del año 2009.
Torrijos manifestó que la transición que realizó con Ricardo Martinelli demuestra la belleza de la democracia, cuando los poderes del Estado se renuevan sin traumas y tal cual lo dispuso el electorado.
El mandatario saliente deseó éxito a su sucesor e hizo partícipes a los diputados de la realización de una serie de obras en los últimos cinco años. "Nunca pretendí abrogarme la paternidad de las obras que realizó el Gobierno, porque el presupuesto con que se ejecutan es aprobado por lo diputados", destacó.
Anterior a las palabras de Torrijos, el presidente de la Asamblea Nacional, Raúl Rodríguez Araúz, aseguró que la Asamblea Nacional resaltó el rol de ese �rgano del Estado, en la consolidación de la institucionalidad.
Rodríguez señaló que otra forma sugerente de lograr la gobernabilidad está enraizada en la descentralización del Estado, porque posibilita su transformación desarrollando su democracia bajo parámetros de eficiencia real y de participación ciudadana, el cual ha tomado un gran impulso gracias a las reformas constitucionales de 2004, y la recientemente aprobada ley de descentralización.
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