Portugal asumió la tercera y más difícil de las presidencias europeas que ha ejercido desde su ingreso en la UE, en 1986, con el reto de lograr una firma rápida y limpia del tratado que sustituirá a la fracasada constitución.
El premier portugués, el socialista José Sócrates, alabó la apertura del semestre luso al frente de la UE.
Pero será el 23 de julio en Bruselas cuando empiece de verdad el esfuerzo portugués para superar el gran reto de su gestión, recoger el testigo de la presidencia alemana y lograr que el nuevo tratado comunitario esté listo para la cumbre europea del 18 y 19 de octubre en Lisboa.