En una ironía de la vida, un extranjero fue a la iglesia a confesarse y al regresar a su residencia se encontró que fue despojado de su riqueza: las joyas de lujo de la familia.
El colombiano Alejandro Aramburú, de 63 años, es el personaje de esta historia de arrepentimiento, congoja, dolor y oro.
Según Aramburú, las joyas fueron hurtadas del apartamento 6 del edificio Los Pinos, ubicado en Bella Vista, donde reside.
El hecho se dio la mañana de ayer, domingo, cuando asistió a la iglesia. Al volver a su domicilio notó que la puerta había sido violentada, y que le faltaban las joyas de la familia valoradas en B/. 80.000.