La sexta película de la saga de Harry Potter: Harry Potter y El Príncipe Mestizo no tuvo el resultado esperado, ya que algunos de los seguidores del mago salieron del preestreno, que se realizó en Cinépolis, con una mala impresión de la película.
En esta versión, el film se basa en las relaciones amorosas de los jóvenes personajes, dejando de lado la magia que envuelve a esta reconocida película.
Un vistazo de lo que estamos acostumbrados, apareció al final de la cinta cuando maestro y aprendiz se enfrentan a la magia oscura, pero fue muy breve ese chispazo.
El uso de la magia quedó rezagado, y algunos de los presentes que han leído el libro manifestaron que muchos de los detalles que le daba vida a esta historia no fueron presentados e incluso se le da prominencia a personajes secundarios.
La historia quedó vaga, en el aire, no se cuidaron los detalles y quedaron muchos espacios entre escena y escena.
Esta historia, a diferencia de las anteriores, quizás por el toque de amores juveniles, tiene un marcado toque de comedia dentro de sus escenas y parlamentos.
Hay que resaltar que la muerte de Dumbledore no tiene la esperada acción que un mago de su envergadura mereciera, en especial si la comparamos con la muerte del padrino de Harry, Sirius Black.
Por demás, está decir que no se ve reflejado el presupuesto de 200 millones de dólares, que colocó a esta película como la más cara de la saga.