Un tribunal de Londres condenó a cadena perpetua a los cuatro hombres declarados culpables de los atentados fallidos del 21 de julio de 2005 (21-J) contra la red de transporte de Londres.
El juez del tribunal de Woolwich, Adrian Fulford, condenó a Muktar Said Ibrahim, Yassin Omar, Ramzi Mohammed y Hussain Osman a cadena perpetua.
Ibrahim era considerado líder de la célula terrorista e intentó detonar una bomba en un autobús urbano, mientras que Omar, seguidor confeso de los talibanes, trató de detonar una bomba en la estación de metro de Warren Street (centro).