Miles de estudiantes están alistando maletas para disfrutar a lo grande de las vacaciones de medio año. Nuestros muchachos piensan desconectarse en siete días de las tareas y los problemas que rodean al sector educativo. Después que regresen, eso será otra cosa, pero la realidad es que el sistema educativo no está muy bien que digamos. Los fracasos son la mancha negra de la camisa.
A pesar que se habla hasta la saciedad de que es importante saber cuánto es dos más dos, más de 42 mil estudiantes de nivel primario registran calificaciones deficientes en matemática.
Es escalofriante, pero, de acuerdo con los datos del Ministerio de Educación, las principales provincias en donde los estudiantes no demostraron habilidad para las matemáticas son Panamá y Chiriquí, con 12,106 y 8,430, respectivamente. En la Pre Media y Media Oficial (secundaria) reprobaron 30,552 estudiantes, la mayoría de séptimo grado (primer año): 8,702.
Aunque las autoridades locales no quieran admitirlo, existe un grave problema en este sector. Hay que prestarle la debida importancia para evitar que los índices se eleven cada vez más, pues de los contrario, la sociedad entera sacará una mala nota.
Las vacaciones de medio año servirán como una píldora para lograr un desestrés, pero �qué tanto perjudicará a aquellos estudiantes con problemas de aprendizaje? No hay estudios que midan este renglón de la educación, pero lo que es muy cierto es que no se puede premiar a ningún estudiante con malas notas con paseos a la playa o regalos.
Lo recomendable para los próximos días es tratar al niño con amor para guiarlo por el camino de la excelencia. �Quién dijo que un fracasado no puede obtener buenas notas? La respuesta está en la manera en que se le ayude a superar los obstáculos del momento con disciplina.