EDITORIAL
Constituyente contra la corrupci�n
La votaci�n de los venezolanos para elegir los constituyentes que redactar�n el texto vig�simo segundo de la Carta Fundamental de la hermana rep�blica de Venezuela concedi� una amplia representaci�n a los candidatos del movimiento "Polo Patri�tico"; organizaci�n que dirige y lideriza el mandatario Hugo Ch�vez Fr�as, cuya gesti�n p�blica �l califica de "revoluci�n pac�fica", con la que pretende encaminar la sure�a patria bolivariana por senderos de honestidad, respeto, trabajo y prosperidad. La consulta para redactar una nueva Constituci�n fue ganada inicialmente por Ch�vez, y ahora, los aspirantes a legislar en mayor�a, resultan leales a su palabra y prop�sito mandatorio; raz�n por la cual no resultar� extra�o que en las normas a establecer incluyan la reelecci�n presidencial, e incorporen requisitos y exigencias que conformen valladares para los dos grandes partidos, los tradicionales adecos y copeyanos, que as� perder�an hegemon�a y poder de convocatoria. La divisa que pregona Ch�vez y respalda su equipo de gobierno para justificar la Constituyente, reclama contra la corrupci�n; en tal derrotero oferta c�rcel y castigo para quienes dilapiden el patrimonio p�blico, en peculados y sinecuras, acumulado fara�nicas fortunas con acomodos subalternos y aprovechados, mensajer�a con la cual logra el respaldo mayoritario del pueblo sumido en precariedad. La calidad de vida del venezolano sufre hoy un deterioro impresionante; la canasta b�sica se hace inaccesible para sectores que en cercanas �pocas representaron posiciones de clase media, mientras el desempleo se incrementa a pasos gigantescos, llenando de carencias a miles de hogares que no alcanzan ingresos para sufragar el vivir cotidiano. Las actividades de sub-empleo, la mendicidad y la prostituci�n llenan calles y avenidas, y un reclamo generalizado conf�a en soluciones mesi�nicas, o intenta emigrar a otras latitudes de la tierra. El derrotero venezolano debe servirnos de referencia para respaldar los an�lisis y juicios que realizamos en torno a las realidades paname�as, donde la rebati�a aprovechada de los ac�litos y privilegiados del mando, contrasta con las carencias del pueblo arrinconado. En Panam� voces crecientes proclaman con urgencia el dictado de una nueva Constituyente; y sesudas mentes y respetables voces respaldan la iniciativa que se adelanta para recoger un mill�n de firmas en adhesi�n al petitorio; aspiraci�n que en la coyuntura apropiada, de un momento sensitivo y de oportunidad, dar�a el jaque mate a la Carta Magna promovida por los militares, que todav�a nos rige.
PUNTO CRITICO |
|
|