Por segundo día, el Palacio de las Garzas recibió a un grupo de manifestantes. Esta vez fueron los miembros de los distintos gremios transportistas.
La marcha de ayer estuvo compuesta principalmente por propietarios y operadores de transporte colectivo que se encuentran en alerta ante el avance de los planes para construir un metro en la ciudad capital, y de concesionar nuevos autobuses que reemplacen a la vieja flota de "Diablos Rojos" en las rutas noreste, sureste y oeste.
Su lucha se suma a la de los taxistas "piratas", que exigieron frente al Ministerio de Gobierno y Justicia que se les legalice para poder seguir dando servicio, principalmente carreras desde la ciudad capital hacia la periferia oeste.
Hay ciertas verdades inamovibles en la situación del transporte: Primero, es un hecho que el sistema es altamente ineficiente, y reemplazar a los viejos Diablos Rojos se hace absolutamente necesario.
Segundo, también apremia la creación de un sistema de transporte alternativo, llámese metro o tren urbano.
Y tercero, que los dos últimos gobiernos perdieron oportunidades valiosas de efectuar transformaciones tan siquiera leves en las deficiencias y vicios del transporte selectivo y colectivo. Ambos lo intentaron a su manera, y fracasaron rotundamente.
Con estas verdades establecidas, este gobierno tiene el gran peso de avanzar en lo que las dos anteriores administraciones fallaron. Sumado esto a que la creación del metro fue una promesa de campaña del actual presidente, este gobierno no puede fallar. Concretar esta promesa será la prueba de fuego de Ricardo Martinelli.