Cuba ha regalado al mundo poetas como Martí, cantores como Beny Moré, ajedrecistas como Capablanca, humoristas como Tres Patines, deportistas como Teófilo Stevenson y la certeza moral que les falta a muchos en este planeta. Pero sorprendernos con que, también tienen la capacidad de las grandes potencias mundiales, para educar personal de espionaje que cuide a su país y al mundo, es otro motivo para quitarse el "panamá hot" y blandirlo al infinito.
Cuba sabe que, los funcionarios mejor pagados por los zancudos israelitas, son sus formidables espías que detectan a tiempo, crueles crímenes masivos. Esos técnicos judíos son profesionales mantenidos en las oraciones diarias como santos patronos; acá debiésemos hacer los mismo por los cinco cubanos presos en Florida, que son héroes encomiables porque se presiente con certeza, que su trabajo previno, atentados en donde pudieron morir seres humanos aún sin afiliación política.
Cuba sabe, que el trabajo de los espías norteamericanos contra los atentados de grupos criminales de cualquier tendencia, son considerados supervaliosos por la importancia vital, que tienen sus datos para salvar vidas. El mundo entero todavía está aturdido y dolido por el ataque cobarde a las torres gemelas a la capital del orbe: "New York" (perdonen, desde ese entonces, involuntariamente a veces vuelvo al terror de esa fracción del segundo, eterno!).
Cuba tiene que cuidarse sobre todo de los grupos apostados en La Florida, como los de Posada Carriles, señalado entre otros pecados capitales, de haber explotado un avión repleto con jóvenes. De tal manera que, todos los espías especializados en cuidar vidas, debiesen comunicarse con las instancias legales en los Estados Unidos, para que devuelvan a Cuba los Héroes latinoamericanos: Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labanino, Rene González y Gerardo Hernández y protestar por las cadenas perpetuas, pues son escalofriantes mensajes negativos al resto de los gloriosos espías antiterroristas del mundo.
