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Los pobres se quejan de los políticos del área, quienes cada vez que necesitan el voto los buscan.  |
Abandonados por su madre desde los 10 años, tres hermanos viven en una casa con el techo oxidado, duermen en improvisadas camas y apenas se alimentan, una situación que no es desconocida para las autoridades del distrito de San Carlos e inclusive del Ministerio de Salud.
Analfabetas, desconocen inclusive el valor de cada moneda y apenas es posible mantener una conversación con ellos, según indica Margarita Santana de Morán y Teodolinda Pinto de Santana, quienes se han interesado por los muchachos desde que fueron abandonados.
Las ropas que visten están sucias y raídas y es que no conocen el aseo personal.
El sitio en donde precariamente viven los jóvenes es conocido como el Regimiento de La Poma, distrito de San Carlos, la accidentada carretera sólo permite llegar a determinado lugar para luego emprender un breve viaje a pie hasta la casa.
Patrocinio de 20 años, Agustín de 25, y Benero de 23 años, además de otras dos hermanas fueron abandonados por su madre cuando los primeros contaban con apenas 10 años, por lo que se criaron solos, alimentándose de lo que sus vecinos le daban o de lo que lograban robar de las fincas vecinas.
Todos ellos nacieron de la relación que mantuvo su madre con un hermano, por lo que su padre es al mismo tiempo su tío (ya fallecido).
Luego de lo cual su madre se caso con un primo, optando por abandonarlos.
Según Margarita y Teodolinda, los tres hermanos vivieron un tiempo con dos hermanas, una de las cuales vive actualmente con la madre en tanto que la otra lo hace sola con sus dos hijos.
Durante un tiempo un sujeto, quien mantenía cierta relación con una de las hermanas les suministraba cocaína para su consumo, lo cual los volvía como locos.
En una ocasión golpearon duramente al sujeto e inclusive uno de ellos, Agustín golpeó a una hermana por lo que esta optó por abandonar la casa, llevándose consigo varias hojas de zinc que había logrado adquirir para mejorar la casa.
Dentro de la casa se pueden apreciar tres improvisadas camas, una de ellas a la derecha de la entrada principal, esta construida con una especie de banco con una esterilla sobre la cual hay raídas y sucias colchas.
Al fondo de la vivienda hay otras dos camas construidas de igual forma y con las ropas sucias.
Algunas pailas en el suelo de tierra y en un rústico mueble, sucias tazas y platos, por ningún lado había cucharas o tenedores; a poca distancia una letrina.
Según cuenta Margarita, la tierra que ocupan los hermanos es propiedad de su abuela, la cual hace algún tiempo le comunicó a la madre de estos, de nombre Regina Coronado, que le cediera otro sitio en donde había agua, lo que les permitiría cultivar la tierra. Por influencia del esposo ello no se logró.
En otra ocasión el terreno que les fue cedido se los quitó un primo, dejándolos nuevamente sin un sitio en donde sembrar. |