Robinho vivió su gran día. Tras un largo período de negociaciones, ya es jugador del Real Madrid, y desde su llegada a la capital de España, a las 6 de la mañana, revolucionó el sentimiento de la afición madridista que, con clima de euforia, dio al astro brasileño un recibimiento reservado para los elegidos.
150 aficionados coreaban su nombre apenas sin dormir. 8.000 seguidores enloquecieron en un fondo del estadio Santiago Bernabéu viendo sus primeras diabluras con el balón. Y Robson de Souza "Robinho" no desdibujó ni un sólo segundo una gran sonrisa de su día más feliz. Sorprendido ante el fervor popular, asumió los retos más grandes de un futbolista y en sus primeras palabras como madridista aspiró al máximo: convertirse en el mejor jugador del mundo.