Tres familiares quedaron sin donde dormir la noche del pasado jueves, tras perder sus casas, producto de un voraz incendio.
El inicio del epicentro del siniestro se desconoce, pero la rápida acción de los moradores del lugar, como la intervención de los camisas rojas, permitió controlar el fuego y evitar mayores tragedias en el lugar.
La comunidad de La Caseta es uno de los lugares más pobres del populoso corregimiento de Curundú.
Los moradores, acostumbrados al son de las balas que los pandilleros suenan todas las noches, fueron sacados de sus hogares, productos de las llamas que consumieron en su totalidad un viejo inmueble.
Al lugar se presentaron algunas autoridades, quienes aseguraron buscar una solución a los afectados por el fuego.