Viernes 4 de sept. de 1998

 








 

 


La empresa guiada por valores

Mauro Destro
Docente de la UTP

L
a historia de la humanidad está manchada con acciones que indican lo poco que se toman en cuenta los sagrados principios del respetuoso vivir. En efecto, muchos han sido los escándalos de corrupción que han salido a la luz pública especialmente en los últimos veinte años.

La década de los ochenta y los años del noventa, fueron testigos de "grandes" e "importantes" pactos entre el mundo político y económico en la mayoría de los países occidentales. Los empresarios y los políticos, sin muchos escrúpulos, llegaban a "muy buenos" entendimientos, para beneficios comunes; los negocios eran más fáciles y seguros obviando a las naturales y sanas luchas de mercado.

Esta práctica ha generado una actitud que ha penetrado en lo más profundo de la sociedad, "minando" la solidez de los valores de los individuos inclusive en las familias.

Dante Alighieri exhortó: "Consideren vuestra estupidez. No fueron hechos como brutos, sino para seguir virtudes y conocimiento".

Es evidente que la sociedad en general se está preocupando por la pérdida de valores en las relaciones humanas, hecho éste, denunciado en varias ocasiones por diferentes fuentes en los principales medios de información de los países. Es frecuente ver programas especiales en los cuales se exhorta a los ciudadanos a retomar aquellos sanos principios heredados, como fundamental herencia, de nuestros padres.

Por otra parte, los cambios generalizados que se están dando a nivel mundial, la creciente demanda de productos y servicios con mayor valor agregado, incluyendo la calidad, y la corta duración de la tecnología empleada en la producción, obligan a las empresas a alcanzar niveles siempre mayores de productividad para mantenerse en el mercado satisfecho con crece las necesidades de los clientes.

Pero es el Recurso Humano que, con su nivel de preparación técnica y su actitud, determina el grado de competitividad de la empresa. Ese nivel puede superarse sólo con la capacitación continúa y con la recuperación de aquellos valores que garantizan excelentes relaciones humanas. Grandes pensadores del campo de la administración han "re-descubierto" la importancia de los principios como reguladores de las actividades de producción.

El señor Thomas J. Watson dijo: "Nuestra atención anticipativa sobre las relaciones humanas no fue motivada por el altruismo, sino por la simple convicción que si nosotros respetamos a las personas y las exhortamos a respetarse, la sociedad logrará grandes ganancias". Estas palabras pronunciadas en la década de los '50, indican la preocupación de un emprendedor con el fin de lograr un ambiente indispensable para un eficiente desarrollo de las actividades económicas. En efecto, es el "leadership" que debe inspirar los colaboradores en la búsqueda de una visión y transmisibles valores.

Las diferencias entre un jefe (antiguo administrador) y un "leader", son las mismas que existen entre el día y la noche. El primero prefiere la estabilidad y el control a través de la aplicación de reglamentos y procedimientos. Está convencido que la pasión, el entusiasmo, los sentimientos no se deben considerar. Mientras que, el verdadero "leader" ama los cambios y los nuevos desafíos. Es en este caso que los valores ofrecen su máxima contribución al éxito de la empresa.

El "leader" adopta valores en sus técnicas administrativas y los transmiten en su organización logrando lubricar y eliminar las fricciones en las relaciones entre los hombres. Un ambiente de este tipo es garantía de desarrollo.

Es una opinión compartida que las empresas deben contar con una marcada ética en los negocios basados en valores como: la Responsabilidad, Lealtad, Integridad, Honestidad, Confianza, Compromiso, entre otros.

Por otra parte, si el uso de los valores pueden incrementar la calidad de vida y, por lo tanto la productividad, es espontáneo pensar que las empresas exitosas son "Guiadas por valores".

VALORES-JUNTA DIRECTIVA-GERENTE GENERAL-COMERCIALIZACION-ADMINISTRACION ­ PRODUCCION

El posesionar los valores a la cabeza del organigrama de la empresa moderna, permite identificar inmediatamente la importancia de los mismos para el funcionamiento de una organización. Se trata de una verdadera "revolución cultural" para la ética en los negocios.

 

 

 



 

Las diferencias entre un jefe (antiguo administrador) y un "leader", son las mismas que existen entre el día y la noche. El primero prefiere la estabilidad y el control a través de la aplicación de reglamentos y procedimientos. Está convencido que la pasión, el entusiasmo, los sentimientos no se deben considerar. Mientras que, el verdadero "leader" ama los cambios y los nuevos desafíos.

 

PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1996-1998, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.