Sábado 5 de sept. de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Y ahora, cuál es el camino? ...

P
roclamados los resultados matemáticos de la votación popular que rechazó las reformas constitucionales queda en evidencia que la voluntad de los votantes dejó sentado su repudio al rumbo que transita la vida panameña, sometida a los rigores de medidas económicas y financieras apresuradas que desmantelan la rústica producción nacional, incrementan la pérdida de puestos de trabajo e introducen inestabilidad y temores en el pueblo.

Ante tal determinación de los electores se impone que las fuerzas políticas organizadas y las entidades representativas de la sociedad civil digan sus palabras orientadoras y señalen el camino que debemos recorrer para garantir a Panamá estadios de progreso, desarrollo y convivencia tolerante.

La unidad del pueblo es la fuerza que permite adoptar medidas heróicas, que impulsen el vivir colectivo hacia logros sensitivos, que acaben con la creciente miseria, la galopante pobreza, los estadios de desprotección y abandono; realidades que ahora acosan a los condenados de la fortuna.

Los beneficios de la reversión canalera, sus terrenos y estructuras deben irradiarse al país, haciendo símil con aquella proclama suramericana que predicó la consigna de "sembrar el petróleo", que ahora diríamos, "sembrar el Canal", de forma que la renta transitista se irradie a las lejanías distritales solventando carencias abismales en salud, educación, caminos y nutrición; aspectos básicos de la adolorida realidad nativa.

Las prédicas electorales de los comicios venideros del 2 de mayo de 1999, requieren acompañarse de propuestas ciertas; de medidas puntuales a aplicar; de manera que los electores puedan definir sus escogimientos, favoreciendo a quienes buscan rectificaciones de equidad, incorporaciones de justicia, revisión de equívocos, con lo cual el país evitará repetir el yerro cometido.

Las búsquedas populares requieren participación decidida de las mayorías, haciendo que los resortes de la democracia, las ejecutorias del ente público, las acciones de los esclarecidos empresarios, funcionen para repartir pan, paz y felicidad; objetivo básico de la vida política y social.

Los enceguecidos pronosticadores que predican futuro resquebrajamiento en la unidad popular olvidan que la enseñanza del referéndum ha calado profundamente en la vida nacional, por lo cual las mayorías piden a gritos concertar entendimientos mayoritarios que defenestren el régimen perredista y su modelística de injusticias e insensibilidad que reparte las riquezas y los beneficios económicos en una cúpula de favorecidos, que ahondan la brecha entre pobreza y riqueza.

El camino es forjar la unidad del pueblo; mantenerla despojándose de pequeñeces y superando egoísmos de enano tamaño; solamente así devolveremos a Panamá los senderos de justicia social, de esperanzas y confianza, que reclama el pueblo vapuleado hoy por carencias mil.

 

 

 

 


 

AYER GRAFICO
La crema y nata del teatro panameño actuando en la obra "Las Brujas de Salem".


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, contribuyo a las inundaciones.


OPINIONES



 

 

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