Ulises Lay, de la SPIA, detalla que el sistema actual de transporte es una deformación de la organización de cupos que se creó a finales de la década de 1960 donde los conductores eran los dueños de los buses con un esquema administrativo tipo Cooperativas.
Así se creó el fenómeno de los "diablos rojos", que consistía en crear decenas de propietarios de autobuses mediante el otorgamiento de cupos individuales.
En ese entonces no se tomó en cuenta que este sistema debía contar con una logística para administrarlo.
Ante esta situación, páginas de diarios de los años 80 detallan cómo el gobierno de turno se percató del problema y se intentó someter a las hordas transportistas.
Como respuesta se originó una huelga que bloqueó las principales arterias vehiculares y acabó por paralizar el país.
Al final, los transportistas fueron indemnizados con fondos del Estado.
PLACAS DE ALQUILER
Otro problema que surgió con el paso de los años, es que el acaparamiento de los cupos trajo como consecuencia que el conductor quedó como un empleado alquilando el bus por rendición de una suma diaria.
Sin una Autoridad oficial real que administre, ordene y modernice el sistema de transporte, los sindicatos organizaron la prestación del servicio en función de sus intereses.
La utilización de vehículos inadecuados, sin organización y sin un buen mantenimiento, trajo como consecuencia un deterioro en el servicio.
De allí que gran parte de los usuarios optan por tener sus propios medios de transporte, donde un vehículo sedán es utilizado por un promedio de 2 o 3 personas saturando las principales avenidas y calles del área metropolitana.