Cada vez que tengo la oportunidad de visitar mi país, y de compartir con mi gente de Santa Ana, Barraza, Patio Pinel, Plaza Amador, Catedral y el Chorrillo, me doy cuenta de lo importante y valioso que es todo el sacrificio que estoy haciendo en estos cinco años de formación sacerdotal que llevo, estando lejos de mi país pero con la esperanza de que algún día volveré a compartir con ustedes las buenas nuevas de nuestro señor Jesucristo. Vale la pena todo este sacrificio, ya que es precisamente en esos momentos en que, caminando por las calles de mi barrio, Jesús me toma de la mano y me dice: Manuel yo te enviaré a profetizar y a evangelizar a estos jóvenes; haré de cada criminal, de cada pandillero y drogadicto hombres de fe, hombres de valor, hombres capaces de cambiar sus armas por la Palabra de Dios, hombres portadores de esperanza e instrumentos de mi paz. Yo iré delante de ti a donde quiera que vayas; soplare mi Espíritu sobre ti, para que mi nombre sea escuchado por toda la tierra.
Al escuchar a Jesús hablándome a mi corazón, me doy cuenta de que quiero ser sacerdote para dar consuelo y llevarle esperanza a las familias que han perdido algún ser querido, de que quiero ser sacerdote para prevenir más crímenes creando conciencia en cada pandillero y llevándole a cada uno de ellos a un Cristo joven y alegre, a un Cristo que sólo desea sanar todas esas heridas y cicatrices que el mundo les ha causado; heridas que se reflejan a través de la violencia y del odio.
Amigo pandillero: Dios está llamando a la puerta de tu corazón; él quiere entrar y reinar en tu vida, déjate amar por �l. Ya es tiempo de que tomes conciencia y de que abras los ojos y te des cuenta de que la vida no se construye sembrando muerte, odio y terror. Date cuenta que la vida es el tesoro más precioso que Dios te ha dado, medita este mensaje y pregúntate a ti mismo si en realidad vale la pena andar por la vida asesinando a personas y creando dolor y sufrimiento en los corazones de todas esas madres que han perdido a sus hijos por tu mal proceder.
Hoy Cristo, a través de este mensaje, desea hacer de ti un hombre nuevo, desea hacer de ti un joven que sea capaz de cambiarle la vida a otros pandilleros a través del ejemplo que tú les des. Ayúdame a hacer la diferencia, que juntos podemos prevenir que nuestros niños y jóvenes se sigan perdiendo en este infierno terrenal que es el mundo de las pandillas. Vamos a hacer de nuestro Panamá el Hogar de Cristo.
No te dejes engañar por Satanás haciéndote creer que ya tú no puedes cambiar, de que ya tú no sirves para nada...eso es �mentira! Tú eres hijo de Dios y por ser hijo de Dios eres lo más importante para �l. Jesucristo te ama tal como eres, pero sólo desea darte un nuevo corazón, un corazón limpio y puro, un corazón que sea como el de su hijo Jesús.
Dedico este artículo a todas las personas que han perdido a sus seres queridos a consecuencia de la ola de violencia que estamos viviendo en nuestro Panamá.
��nimo todo es posible si lo tienes a �l!