Usted, amigo productor, se ha preguntado alguna vez sobre qué es la rotación de cultivos y cómo esta práctica puede ayudar a su trabajo.
Pues bien, esta técnica de cultivo consiste en alternar plantas de diferentes familias y necesidades nutritivas, en un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las enfermedades que afectan a un tipo de plantas se perpetúe en el tiempo.
De esta forma, se aprovecha mejor el abonado (al utilizar plantas con necesidades nutritivas distintas y con sistemas radiculares diferentes), se controlan mejor las malas hierbas y disminuyen los problemas con las plagas y las enfermedades, (al no encontrar un huésped tienen más dificultad para sobrevivir).
También se debe introducir regularmente en la rotación una leguminosa y alternar plantas que requieren una fuerte cantidad de materia orgánica, y la soportan parcialmente o incluso sin fermentar (papa, calabaza, espárragos, etc.), con otras menos exigentes o que requieren materia orgánica muy descompuesta (acelga, cebolla, guisantes, etc.).
En esta práctica se debe evitar que se sucedan plantas de tipo vegetativo diferente, pero que pertenezcan a la misma familia botánica, por ejemplo: espinaca y remolacha = Quenopodiáceas, apio y zanahoria = Umbelíferas, papa y tomate = Solanáceas.
Antes de sembrar conviene saber que la rotación de cultivos es uno de los métodos más antiguos para conservar la productividad del suelo y para controlar nematodos y otros patógenos de los vegetales naturales. Es un sistema en el que se alternan diferentes cultivos en una secuencia que habitualmente sigue un esquema prediseñado, teniendo en cuenta la funcionalidad de los cultivos elegidos.
La práctica de la rotación de cultivos a lo largo del tiempo genera una mejor calidad de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
Su beneficio depende de la selección de las especies que componen la rotación. Las leguminosas como los porotos y las habas, por ejemplo, contribuyen a la fijación de nitrógeno en el suelo, ya que toman el nitrógeno atmosférico y lo "depositan" en la tierra; las gramíneas, como el maíz, aportan mayor contenido de materia orgánica por medio de los rastrojos y las pasturas que actúan como restauradoras de la condición física y biológica del suelo.
Por otra parte, en la asociación de cultivos se combinan las plantas, según su color, su olor, las secreciones de sus raíces, su diferente demanda de materia orgánica, etcétera; no sólo para favorecer su germinación y desarrollo posterior, sino también para disminuir la presencia de parásitos y mejorar la fertilidad.