El año 2010 es clave para el deporte panameño. Este año se llevarán adelante las elecciones deportivas que pondrán fin a varias eras de dirigentes desgastados y darán paso a nuevas etapas. Patadas por acá, puños por allá y corredera por todos lados.
Y que conste que esto no sólo es en Panamá. El deporte mundial está manchado por el síndrome del "per saecula saeculorum".
Habrá algunos que permanecerán y otros que por propia cuenta se irán. Otros, aferrados como siempre a sus puestos, se quedarán hasta salir por la puerta de atrás.
Empero, siempre serán las federaciones más atractivas las más fuertes: béisbol y fútbol. Catapultas mediáticas y puentes para alcanzar muchas cosas (repito en todo el mundo).
También será muy gracioso ver la eterna dualidad de federaciones que nos atragantan hasta más no poder. Bendito boxeo aficionado, judo y taekwondo. Piedras en el zapato que desilusionan.
Regresando a la federaciones fuertes, del béisbol, el Señor W tendrá que ver qué hace, pues el rumor en todos los pasillos deportivos es que le apuntan con una AK. Pero este es vivo, esa guerra será interesante.
En el fútbol siempre se perfilan algunos para apuntarse la Fepafut. Normal. Y es que hoy día es la federación con mayor despliegue. El fútbol se adueña del espacio noticioso.
El que dirige la federación se hace inmediatamente en figura y esto lo saben muchos políticos, pero AAA sabe amarrar bien sus votos. Lo advierto un año antes: esta vez el presidente no correrá sólo, como en la última, habrá competencia y tengo el presentimiento que no será fácil.
Todo esto es positivo porque la democracia impera. Más cuando ya la ley no permitirá a los actuales más reelecciones, esta sería la última. (Estoy seguro que también atentarán dentro de unos años contra esta ley).
�Adelantado? No que va. Ya en estos momentos mientras usted lee estas notas en algún lugar de Panamá se está tramando una estrategia para tomarse una federación o para permanecer en ella. Lo advierto a tiempo, el próximo año habrá cambios federativos. Esperamos sean cambios para bien. Después de todo, detrás siempre hay una llamada de "poder" que tuerce brazos y cambia votos, si no pregúntele a De Bello.