Los líderes mundiales, apremiados por la falta de tiempo, asumieron ayer en la ONU que combatir el cambio climático exige aceptar responsabilidades y transformar en acciones inmediatas lo que hasta ahora han sido sólo buenas intenciones.
A la conferencia sobre el cambio climático, convocada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, asistieron representantes de más de 150 gobiernos, y entre ellos 80 jefes de Estado o de gobierno, de países como Alemania, Francia, España, México o Brasil.
Bush se ha distanciado del debate de la ONU y ha convocado su propia reunión sobre el cambio climático para los días 27 y 28 de septiembre, invitando a 15 países, entre los que están, además de la ONU y la Unión Europea (UE), Japón, Canadá, Brasil, Corea del Sur, México, Rusia, Australia, Indonesia y Sudáfrica, once de los que más contaminan el planeta.
Por su parte, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo que el desafío sobre el cambio climático es una cuestión universal y la ONU es el lugar en que tiene que ser tratado.
"No existe otra alternativa que la acción común" para frenar el calentamiento del planeta, advirtió Sarkozy, que también señaló que "la división conduciría al fracaso".
Ban, en lo que pareció una advertencia indirecta a Washington, indicó que la ONU es el "foro apropiado" para llevar a cabo esa negociación global.
A todos les indicó que el inmediato desafío "es transformar las preocupaciones comunes en un nuevo consenso que permita avanzar" en esa reducción de gases contaminantes, una vez que ya está demostrado que el cambio climático incide directamente la actividad humana.
"Estamos ante un reto que nos obliga a actuar a escala mundial, con diálogo, determinación y acción multilateral concertada", dijo José Luis Rodríguez Zapatero presidente español.
Las conclusiones de ayer son la base para las discusiones que los países tendrán en Bali en diciembre próximo, donde se tratará sobre el texto legal que ha de sustituir en 2012 al Protocolo de Kioto (1990), y que países como Estados Unidos rechazan bajo el argumento de que daña a su economía.