El ministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, conversó ayer cara a cara con unos 200 jóvenes que dejaron a un lado el delito y con otros treinta activos en bandas y pandillas para llevarles un mensaje de esperanza a estas personas que desean cambiar sus vidas.
La presencia del ministro en Colón se dio para darles seguimiento a las distintas acciones que se están realizando para lograr mayor seguridad en esta provincia.
La primera reunión se dio en la iglesia evangélica Los Valientes de Dios, donde unos 200 jóvenes escucharon con atención el llamado que les hizo el ministro, a mantener ese ambiente de tranquilidad que hoy se vive en Colón y aceptaron el compromiso de hacer de esta provincia "un modelo de paz porque el delito no paga", dijo el ministro.
"Esta provincia no debe ser marginada bajo ninguna circunstancia porque es una provincia insegura. El Gobierno nacional está haciendo todo lo que esté a su alcance para dar seguridad y limpiar las costas del narcotráfico porque entre menos droga ingrese a nuestro territorio, más paz y menos pandillas, reyertas, crímenes y violencia vamos a tener", indicó el ministro Mulino.
Con el grupo denominado de "alto riesgo", quienes solicitaron trabajo con desesperación, Mulino logró un acuerdo: cambiar este nombre por el de "jóvenes al rescate de Colón". A partir del lunes 4 de octubre, le corresponderá al Programa de Seguridad Integral (PROSI), que dirige Manuel Zambrano, coordinar con la Gobernación de Colón el primer retiro espiritual con pandilleros activos, para alejarlos del delito.