domingo 5 de octubre de 2008

 

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Diálisis salvavidas, un compromiso de por vida

Universidad | de Harvard

P: tengo diabetes tipo 2, y mis altos niveles de azúcar en la sangre han dañado mis riñones. Estoy haciendo todo lo que puedo para bajar mi presión y azúcar en sangre con dieta, ejercicio y medicación, pero mi doctor dice que necesito diálisis. �Qué implica la diálisis?
R:
Las diálisis no es un tratamiento de una vez. La mayoría de las personas que comienzan con las diálisis deben continuarlas de por vida al menos que reciban un transplante de riñón. Usted debería continuar cada esfuerzo para mejorar o estabilizar su condición, pero si el funcionamiento de su riñón continúa declinando, las diálisis pueden realmente salvarle la vida.

Sus riñones hacen dos cosas importantes: Eliminan la basura y ayudan a regular los niveles de ciertas hormonas y químicos en su sangre. La falla renal ocurre cuando ya no pueden realizar estas tareas.

La falla aguda renal ocurre repentinamente, pero puede ser reversible. La falla renal crónica se desarrolla lentamente con los años; puede ser lento e incluso paralizarse si es diagnosticada tempranamente. La causa más común de la falla renal crónica es la diabetes, seguida de alta presión.

La falla renal puede ser mortal. Sin tratamiento, las toxinas se acumulan en niveles peligrosos, y el balance de ciertos químicos en la sangre se vuelve anormal. Esto puede causar ritmos cardiacos fatales, daño neurológico y otros problemas serios.

La presentación de las diálisis a mediados de los años 40 revolucionó el tratamiento de falla renal. El primer método inventado, y mejorado desde entonces, es la hemodiálisis. Durante este procedimiento, la sangre circula desde una de sus arterias a una máquina (el "riñón artificial") que retira las toxinas antes de que regrese a la de su cuerpo.

El otro método, la diálisis peritoneal, ubica un fluido especial en el abdomen para que pueda evacuar las toxinas de su cuerpo.

El tratamiento de hemodiálisis generalmente toma alrededor de cuatro horas y se hace tres veces por semana. Durante el tratamiento, usted se sienta en una silla o se acuesta en una cama mientras está conectado a un riñón artificial. El tratamiento toma lugar en un hospital o un centro de diálisis.

A pesar de que funciona bien, la hemodiálisis necesita algunos ajustes. El tratamiento puede hacerlo sentir mareado o con náuseas, y por lo general, significa que tiene que pasar un tiempo considerable en un hospital.

Antes de comenzar con la hemodiálisis, su doctor realiza una cirugía menor para proveer acceso a su sangre a través de una fístula, injerto o catéter.

Una fístula es una estructura creada cuando una arteria y una vena se unen, lo que se hace para permitir un flujo de sangre suficiente al hemodializador.

Si sus vasos sanguíneos no están sanos o no son lo suficientemente grandes como para apoyar la fístula, su doctor insertará un injerto o un tubo blando de plástico, para hacer el trabajo.

Para la diálisis peritoneal, el doctor inserta quirúrgicamente un catéter dentro de su abdomen. Durante el tratamiento, usted pasa una solución limpiadora (llamada dialisata) a través del catéter dentro de su abdomen (la cavidad peritoneal).

La dialisata se queda en su lugar durante varias horas, haciendo salir al exceso de fluido y desperdicio fuera de las arterias y venas de la cavidad peritoneal.

El proceso de filtrado de solución usada y el reemplazo del mismo con uno fresco es conocido como intercambio. Un intercambio toma alrededor de media hora y varios intercambios deben ser realizados cada día. Muchas personas prefieren la diálisis peritoneal, incluso si se hace frecuentemente, porque pueden hacerlo en casa.

El costado negativo incluye hinchazón abdominal frecuente y potencial de infección conocida como peritonitis.

Más allá del tipo de diálisis que elija, necesitará cambiar su dieta. Su doctor le dirá cuánta proteína comer y cuánto fluido beber. Usted también puede necesitar limitar la sal y el potasio para aliviar el caudal de trabajo de sus ríñones, y tomar hierro y suplementos de vitaminas.

Claro, usted puede ser capaz de evitar las diálisis controlando mejor su diabetes. Comience reduciendo su consumo de azúcares simples y dulces concentrados.

Coma menos grasas saturadas y trans y más frutas, vegetales y alimentos altos en fibras. Si es como la mayoría de los diabetes tipo 2, necesitará perder peso.

Reduzca las calorías y agregue 30 minutos de actividad física moderada al día. Incluso, el perder 5 a 10 por ciento de su peso ayudará. Y asegúrese de tomar los medicamentos que su doctor le recete.

Generalmente, estos incluyen un inhibidor ACE para bajar su presión y proteger los ríñones y metformina y/o insulina para bajar el azúcar en sangre. A pesar de que la gente aprende a lidiar con los desafíos de las diálisis, considérese afortunado.

Tiene la oportunidad de hacerse cargo de su salud a través de dieta y ejercicio. Es más, mientras controla su diabetes, puede ayudar a prevenir muchos problemas, incluyendo enfermedades cardiacas.

 

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