La enfermedad, algunas veces se define como cualquier estado anormal de los tejidos del cuerpo. Cuando las células son dañadas por una enfermedad, el cuerpo actúa rápido para reparar la lesión.
El proceso de regeneración produce una inflamación y entre las causas más comunes tenemos las bacterias, virus o parásitos internos.
Desde el punto de vista digestivo, el caballo es un animal frágil.
Cuando los caballos no comen, estamos frente al primer reflejo de que existe un problema, la solución está en colocar delante de él alimentos apetitosos y refrescantes: buenos forrajes, atole de salvado, de cebada o de grano de linaza, zanahorias, etc. Si el animal los consume, se puede concluir que se trata de una simple fatiga digestiva y debe reemplazarse una parte de la avena por la cebada durante un tiempo.
El haba, que es cuando la mucosa del paladar aumenta de volumen, se hincha. Esta afectación es frecuente en el caballo joven, en el momento de la erupción dentaria y en el adulto, por traumatismo o por irritación.
Hay que refrescarle con bicarbonato de Sodio y un antiséptico intestinal ligero, o con una fricción de la mucosa con algodón empapado con una mezcla de vinagre y sal.