ABRACADABRA
"Impresiones"
"Quedó claro, una vez más,
quién debe encabezar a la oposición para derrotar al oficialismo
perredista y sus satélites".
Carlos Guevara Mann
Varios aspectos del acto
que la Unión por Panamá celebró el domingo son motivo
de satisfacción.
Se destacaron positivamente la organización del evento y la nutrida
concurrencia, no sólo de parte de miembros del Partido Arnulfista,
sino también de integrantes de otros partidos de oposición
y del público en general, lo que reitera el indudable liderazgo y
la capacidad de convocatoria de Mireya Moscoso.
El discurso de doña Mireya, en que esbozó algunos lineamientos
generales de lo que sería su gobierno, recibió buenos comentarios
en los medios de comunicación.
Los que abogamos por un gobierno justo, decente y democrático
escuchamos con interés los planes que expuso para la reestructuración
del sistema judicial y la Policía, la revisión de la nefasta
política económica del actual gobierno, la disminución
de la pobreza y el desempleo, el traspaso ordenado del Canal y sus áreas
adyacentes y, sobre todo, su compromiso con la consolidación de la
democracia, "a través del cumplimiento estricto de la ley (...)
el ejercicio de la tolerancia y el diálogo con todas las fuerzas
políticas, fundamentado en el respeto y la civilidad" (El Panamá
América, lunes 19 de octubre).
Quedó claro, una vez más, quién debe encabezar a
la oposición para derrotar al oficialismo perredista y sus satélites,
y en torno a quién debe formarse una nómina civilista amplia,
compuesta de los mejores elementos de los partidos opositores y los sectores
independientes.
Otros aspectos del evento, sin embargo, no fueron tan alentadores.
Es problemática la proclamación de Guillermo Ford a la
candidatura vicepresidencial, porque Ford, lamentablemente, no goza del
apoyo de todo su partido y existe el temor de que, de insistirse en su candidatura,
un segmento apreciable del MOLIRENA abandone las toldas de la Unión
por Panamá.
Por fortuna, Guillermo Ford ha convocado a su partido a un Congreso Nacional,
por celebrarse el mes entrante, para ratificar la alianza con el Partido
Arnulfista y decidir, de una vez por todas, el tema de la candidatura a
la Primera Vicepresidencia.
Lo aconsejable es que tanto Ford como Arturo Vallarino, en aras de la
unidad opositora para borrar del mapa político al oficialismo perredista
y sus satélites, acudan a ese Congreso con humildad y patriotismo,
dispuestos a ceder la candidatura a una figura de su partido que goce de
prestigio nacional y sea capaz de unificar a todo el MOLIRENA en torno a
Mireya Moscoso.
Más preocupante aún es la nominación de Dominador
Kayser Bazán a la Segunda Vicepresidencia de la República.
Esa candidatura es completamente inaceptable, dados los nexos que Bazán
mantuvo con la narcodictadura militar, a la que sirvió y defendió
en diversos cargos.
¿De qué credenciales goza Bazán para aspirar al
liderazgo civilista?
¿Dónde estaba Bazán a la hora de la lucha contra
el noriegato? Y, más recientemente, en la batalla contra la nefasta
reelección presidencial inmediata, cuál fue su protagonismo?
Bazán no tiene mérito alguno para ocupar la candidatura
a la Segunda Vicepresidencia de la República en la Unión por
Panamá.
Lo que sí tiene son vínculos fuertes con el oficialismo,
como lo demuestra su pasado ligado al PRD y la narcodictadura, vínculos
que a todos nos recordó su aparición, en la pantalla del televisor,
entre su cuñado Fito Duque y su pariente político Carlos Duque,
en un acto político del PRD en Chepo, al día siguiente de
la proclamación de la nómina de la Unión por Panamá.
Su designación en una nómina que ha asumido un compromiso
democrático no es aceptable, y los panameñistas y demás
civilistas que apoyamos la candidatura de Mireya Moscoso, precisamente por
haber asumido este compromiso, debemos insistir en que se reemplace a Bazán
por una figura unificadora, de trayectoria civilista y probada capacidad
política.
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