Los productores de Tierras Altas de la provincia de Chiriquí aún no han cuantificado las pérdidas que han tenido por las lluvias que se registran en esa región, solo saben que cada hectárea de papa o cebolla que cosechan tienen una disminución de un rendimiento del 40%.
Es decir, que los 700 quintales de papa que producía una hectárea de tierra cultivada solo garantizan el 60% de esta producción y provoca un encarecimiento en el costo de producción, por hectárea sembrada, que ya suman los 13 mil balboas para algunos productores.
"Este año ha sido muy duro, ya que el tiempo no ha sido nuestro aliado en esta cosecha, se han afectado todos los productos que han bajado su rendimiento hasta en un 40% y un 50%", dijo el productor Antonio Acosta.
El problema ha sido tan severo que provocó que el quintal de papa y cebolla tenga un costo de producción entre 22 dólares a 25 dólares. A pesar de que en el mercado hay un buen precio para el productor, no compensa las pérdidas por los bajos rendimientos.
Los productores confían en el plan estratégico de Gobierno que está impulsando el titular de la cartera agropecuaria, Emilio Kiswetter, para poder hacerle frente a una nueva producción y cumplir con los compromisos crediticios que tienen con las casas comerciales y las entidades bancarias.