Los votantes de California y varios otros estados en EEUU aprobaron una enmienda constitucional que prohibe el matrimonio entre personas del mismo sexo, anulando una decisión de la Corte Suprema estatal de hace unos meses que otorgaba a las parejas gay el derecho de casarse.
La aprobación de la medida representó un golpe político aplastante para el movimiento por los derechos de los homosexuales, donde existía la esperanza de que la opinión pública se hubiese desplazado lo suficiente para permitirles derrotar el proyecto de enmienda.
También representa un fuerte revés personal para miles de parejas de California y otros estados que aprovecharon el breve período para casarse.