Es una de las rutas predilectas de los narcotraficantes para introducir al país la ilícita mercancía.
Llegar hasta los márgenes del Río Chico, en el corregimiento de Pacora, no resulta nada fácil.
Caminando el trayecto alcanza las dos horas de ida e igual tiempo de regreso.
El área la componen fangosos caminos bordeados de una espesa vegetación donde los insectos y otros tipos de animales encuentran un habitad ideal.
Es en este lugar de difícil acceso donde traficantes y tumbadores mantienen una guerra por el control de la droga.
En horas de la noche del 3 de noviembre, una llamada anónima alertó a las autoridades sobre la existencia de tres cadáveres en el Dique del Cerezo de la desembocadura del mencionado río.
De inmediato unidades policiales montaron un operativo para dar con el sitio donde supuestamente habían sido dejados los cadáveres, pero tras 48 horas de búsqueda esto ha resultado infructuoso.
En el lugar hay quienes afirman que las ejecuciones si se dieron, y hasta mencionan los apodos de algunas de las supuestas víctimas, pero son pocos los que se atreven a ir personalmente a las autoridades e informar sobre el hecho.
Ante la poca cooperación de los lugareños, encontrar estos cuerpos es como encontrar una aguja en un pajar.