El Valencia, en dos minutos, dejó escapar ayer un partido que se le había puesto muy de cara y cedió un empate de 2-2 que no sólo sabe a derrota, sino que le deja sin el liderato del grupo y le obligará a emplearse a fondo para clasificarse.
El primer periodo estuvo completamente controlado por el Valencia, que merodeó constantemente cerca del área del equipo checo, pero sin disponer de muy claras ocasiones de gol.
Prácticamente la primera opción clara llegó en la jugada del penalti cometido sobre Mata, en el que el defensor local no fue amonestado a pesar de que la situación del jugador del Valencia era de clara opción de gol.
Con David Villa sancionado, fue Joaquín el encargado del lanzar y logró el 0-1 en un envío impecable.
La clave del encuentro pudo haber estado en los primeros compases del segundo tiempo con el excepcional gol de Maduro, que puso el 2-0 en el marcador de un gran disparo.
El Valencia mantuvo la misma tónica de juego del primer periodo, ya que mantuvo su dominio territorial, pero no fue capaz de crear claras ocasiones de gol ante la meta del equipo checo, hasta que Pablo y Baraja pudieron cerrar la cuenta.
Sin embargo, el partido cambio radicalmente en un par de minutos, los que necesitó el Slavia para igualar el encuentro, primero en un cabezazo de Janda y luego en un polémico gol de Grajciar. A partir de ahí, el Valencia se desquició, se volcó con precipitación sobre la meta de un Slavia crecido, pero no logró llevarse el partido.