EDITORIAL
El grito santeño del 10 de Noviembre de 1821
La tradición oral
y los registros históricos recogen las peripecias de los independentistas
santeños que el 10 de noviembre de 1821, en la coyuntura libertaria
del llamamiento insuflado por la heroína Rufina Alfaro, "rompieron
el yugo español", como reza el coro del himno santeño.
En la ocasión los patriotas cuyos nombres lista la canción,
Mendieta, Vásquez, Garrido, Villarreal, Salado y más, por
la patria reclamaron libertad", acción excelsa que mereció
elogios del Libertador de América, Simón Bolívar, que
llamó a la Villa de Los Santos, la Ciudad Heróica.
Los acontecimientos santeños derivaron a la proclamación
independentista del 28 de noviembre, cuando del General José de Fábrega,
encargado del mando militar y político de Panamá, con aporte
de preclaros ciudadanos devolvieron la guarnición española
a Cuba, y asentaron la voluntad de integrarnos a la Gran Colombia bolivariana,
entonces Nueva Granada, Ecuador, Venezuela y Perú.
El Grito de Los Santos merece las mejores consideraciones y respetos
en el quehacer de las búsquedas independentistas americanas; los
enjundiosos comentarios que hiciera Simón Bolívar "al
saber que Panamá era libre por su propia virtud y esfuerzo",
calzan a plenitud con las acciones santeñas, razón por la
cual, cualesquiera medidas que pretendan menoscabarlo, reducirlo o ignorarlo,
tendrán en respuesta las acciones enérgicas de quienes sienten
el palpitar de las tradiciones imperecederas; fundamentos de nuestra nacionalidad;
buril de nuestros perfiles de pueblo alegre y orgulloso.
La controversia surgida del desdichado Decreto de Gabinete, reformador
de los feriados nacionales; incorporador de las transferencias de las celebraciones
con olvido de las ciertas y reales efemérides, causa ahora agruras
y levanta resistencia, cuando los santeños perciben en tal intento
un irrespeto, una mecánica que destruirá los valores propios
que nos dan consistencia de pueblo; negador de la argamasa de nuestras aspiraciones
y búsquedas históricas.
La irreverencia del acusado decreto se agudiza por el decir de los ideólogos
gubernamentales que afirman que los cambios favorecen actividades hoteleras
y de servicios interioranos, relievando en contraste al mercantilismo comercial,
con los valores de nuestra nacionalidad.
La decisión alcaldicia de hacer feriado en Los Santos el 10 de
noviembre, es una medida de ocasión: las autoridades serenas, los
gobernantes de reemplazo, en el cercano futuro deberán derogar la
infamante traslación de las efemérides, y reforzar, con medidas
certeras, el esplendor de los héroes santeños que lanzaron
el primer grito libertario panameño, que devino en patria panameña
en 1821 y en nación en 1903.
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AYER GRAFICO |
El ingeniero David Samudio Avilaen plena campaña en Arraiján. |
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