MENSAJE
El pecado siempre nos alcanza
- Hermano Pablo
- Costa Mesa, California
Antonio, Merla y Judy son tres
nombres ligados por una triste tragedia. Antonio y Merla eran esposos.
Tuvieron una niña a la que llamaron Judy, y por un tiempo formaron
una familia feliz. Pero luego comenzaron las desavenencias, y el mal entró
en el hogar.
Cuando Judy cumplió tres años de edad, Antonio y Merla
ya no se soportaban más. Un día estalló una terrible
pelea, y los dos esposos, no se sabe por qué, descargaron su ira
sobre la pequeña Judy. La golpearon de tal manera que la niña
murió.
Antonio y Merla cargaron en el auto el cuerpecito de la hija y lo llevaron
lejos, a un lugar en la montaña donde lo dejaron abandonado. La policía
encontró el cuerpo de la niña, pero no pudo hallar ninguna
pista. Durante diez años se estuvo investigando el crimen.
Antonio y Merla negaron siempre, rotundamente, haber tenido una hija
llamada Judy. Pero por fin, las pacientes y seguras investigaciones de la
policía dieron resultado. Se halló la partida de nacimiento
de la pequeña, y quedó aclarado el crimen. Hoy, Antonio y
Merla, ya divorciados, se han juntado otra vez, pero ante el tribunal del
juez, para responder por el asesinato.
"Todos nosotros -dice la Biblia- nos hemos descarriado como ovejas;
cada cual se ha apartado por su propio camino" (Isaías 53:6).
Por todas partes ha brotado el odio y el rencor. Los crímenes, maldades,
engaños, traiciones, crueldades se ven por dondequiera. Queremos
ocultar los funestos efectos de nuestros pecados y decir que somos inocentes,
pero la investigación paciente y segura de Dios sigue sobre cada
delito humano, y así como Antonio y Merla, algún día,
sin desearlo ni pensarlo, nos hallaremos ante el tribunal del Juez Eterno
para responder por lo que hemos hecho.
Para ese momento es que necesitamos un seguro y eterno Salvador. Cristo
salva a todo el que se arrepiente.
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CULTURA |
Murio actor Jean Marais, el famaoso Orfeo de Jean Cocteau. |
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