La policía alemana procedió ayer a levantar una sentada de dos centenares de manifestantes antinucleares apostados desde el sábado a las puertas del cementerio atómico de Gorleben (norte de Alemania) a la espera de la llegada del convoy de residuos a ese depósito.
El contingente antidisturbios, que durante toda la mañana optó por "dejar hacer" a los manifestantes, empezó con la operación de llevarse, uno a uno y en volandas, a los antinucleares.
El convoy ferroviario, formado por once vagones con barillas de combustión de centrales alemanas reprocesadas en la planta de Le Hague (Francia), llegó ayer de madrugada a la estación de Dannenberg, población vecina al cementerio nuclear. En Dannenberg se habían concentrado unas 16, 000 personas para protestar por el transporte, la mayor movilización antinuclear en Alemania desde 2001.