El presidente de EE.UU., Barack Obama, admitió ayer por primera vez que no logrará clausurar el penal de Guantánamo en enero, como había prometido, mientras el Gobierno busca un lugar para recluir a parte de los detenidos en su territorio.
La orden de cierre en doce meses de esa penitenciaría fue una de sus primeras acciones como presidente, pero la resistencia del Congreso a aceptar a detenidos en Estados Unidos, y de otros países a acogerlos, ha hecho que hasta ahora hayan salido de la base naval sólo una veintena de presos.
"Estamos inmersos en una trayectoria y un proceso en el que yo anticipo que Guantánamo será cerrado el próximo año", dijo Obama en una entrevista.
"No voy a marcar una fecha exacta, porque mucho depende de la cooperación del Congreso", añadió.
La Casa Blanca ya había dado algunas señales de que probablemente no lograría cumplir la meta establecida para la clausura de Guantánamo.
DETENIDOS
215 detenidos continúan en esa prisión, y el gobierno debe decidir cómo enjuiciar algunos de ellos en tribunales civiles de Estados Unidos y transferir el resto a otros países.