Panamá adelanta los pasos para retirarse del Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Se trata de una decisión soberana del país, que el resto de las naciones de la región deben respetar y no presentar objecciones.
Sea efectivo o inoperante el PARLACEN, la decisión de permanecer o salirse de ese foro corresponde a los panameños y no a los gobiernos de otros países amigos, por lo que resulta incomprensible que Guatemala y Nicaragua pretendan forzar la permanencia de Panamá en esa instancia.
El país se afilió al PARLACEN en la década del noventa durante la administración del mandatario Guillermo Endara, pero conforme al paso de los años, hay quienes califican a ese foro regional de inoperante y generador de gastos innecesarios.
Hay quienes defienden la permanencia de Panamá, alegando que el mundo moderno requiere que los países negocien
en bloque y no unilateralmente frente a las potencias de la Unión Europea y Estados Unidos, pero es cuestión de criterios y lo que se discute hoy día es la facultad soberana de los panameños de salirse de ese organismo.
De no prosperar las acciones diplomáticas en ese sentido, habrá que recurrir a los mecanismos internos como la Asamblea Nacional de Diputados, para concretar ese retiro, aunque ya hay criterios de especialistas que sostienen que el Organo Legislativo sólo puede aprobar o no los tratados y habría que hilar delgado, para ver cómo se logra que Panamá se salga del Parlacen, sin violentar la propia legislación panameña.