Uno de los mayores escándalos en la historia de la música tuvo lugar en 1990, cuando se descubrió que Rob Pilatus y Fab Morvan, integrantes del dueto de música pop Milli Vanilli, nunca cantaron ni en sus discos ni en vivo, ya que sus voces eran provistas por músicos que jamás fueron acreditados ni aparecieron en el escenario. El 19 de noviembre de 1990, se les obligó a devolver los premios Grammy que se habían ganado en la categoría de Mejor Artista Nuevo.