(Continuación de la entrevista titulada "Leoncio Ambulo Páez, el camino del olvido")
Texto y entrevista: Manuel E. Montilla Nos cuenta Don Monchi: "el monumento a la Madre, aquí en David, fue una idea de ese gran hombre de la radio y pionero de la televisión provincial que fue Rubén Darío Samudio. , Crítica en Línea
El quiso erigir un monumento en honor a todas las madres, ya que en esos momentos mantenía el sentimiento de dolor que le había ocasionado la reciente muerte de su progenitura.
Tenía Rubén Darío Samudio en la emisora Voz del Barú un gran colaborador, que posteriormente se insertó como radiodifusor, Don Francisco Moneada Luna, el conocido "Tío Pancho", quien, al conocer la idea la toma como suya y, sumándose a Samudio, se propone llevarla adelante.
A tal fin se forman varios comités para las diferentes fases de lo planteado; recuerdo en especial el conformado por doña Ofelia de Navarro, Carlos Diez Rodríguez, Leonardo Navarro, Nicanor Caballero, José Ramón Contreras, Juan Briones, Abel Castrellón, Aurelio Granados, Evelia de �lvarez, Francisco Moneada Luna, Rubén Darío Samudio, Victoria de Osorio, Reinaldo Díaz, Manuel de Jesús García, Ricaurte Bethancourt, Luzmila Olaciregui, Lorenzo Miranda y Don Manuel Ramón Guerra, a quien tocó el honor de presidir el último comité, que culmina con éxito la iniciativa tras largas jornadas de intensa actividad.
Ellos inician esta epopeya alrededor de 1950 y terminan en 1954, cuando el 7 de diciembre se inaugura el espléndido Monumento a la Madre, en vísperas de la celebración de las festividades a este ser tan noble. Se realiza una enorme festividad popular, donde todos muestran su talento artístico cantando, tocando hermosas piezas musicales y declamando en honor y prez a las madres.
Todos participan y se hace una transmisión muy especial a través de la radioemisora Voz del Barú, forjadora de la iniciativa, en cadena con otras emisoras de la provincia, como Ondas Chiricanas, que puso su mayor esfuerzo para lograr el objetivo anhelado.
El trabajo fue arduo, pues el comité logro recabar una suma por el orden de los nueve mil trescientos cincuenta y dos balboas (B/9,352.00), a más que el pedestal y otras colaboraciones fueron hechas por el "Negro" Betancourt, que a la fecha era el jefe provincial del Ministerio de Obras Públicas.
He dejado para último mencionar al "chico de la película" en este proyecto que fue el escultor Leoncio Ambulo Páez. Personalmente, no lo conocí tanto como el "Viejo", Elizardo Calvo, quien era su amigo, con antelación, y cuando Ambulo viene a Chiriquí le presta toda su colaboración. Ambulo se integra como profesor de arte del principal plantel educativo provincial, el Colegio Félix Olivares Contreras, y estando en estas labores docentes es que lo contacta el comité para que realizara un estudio preliminar y luego ya la obra escultórica que le daría nombradía.
Recientemente, esta gran obra ha sido remozada y conservamos íntegro este monumento que es algo verdaderamente grande para honrar a la mujer más grande del mundo que es la Madre de Dios y que representa también a nuestras madres. Realmente se tuvo descuidada por algún tiempo y por ello la necesidad de restaurarla.
(Esta interesante entrevista realizada por el pintor e investigador Manuel E. Montilla continúa el próximo domingo).
Pintura
