Más de 1.000 personas han muerto o han desaparecido en las inundaciones y deslizamientos de tierra que han devastado tres ciudades costeras en el este de Filipinas, dijo un portavoz militar.
Los residentes de los pueblos afectados han tenido que huir a tierras más altas para escapar de un poderoso tifón que los azota con lluvias y vientos, y amenaza con más destrucción.
Un total de 484 cuerpos fueron rescatados y otras 352 personas seguían todavía desaparecidas en las ciudades de Real, Infanta y General Nakar, según un balance difundido por el comando militar de operaciones de rescate en el lugar.
Esta zona fue la más afectada por la tempestad y está situada 75 km al este de Manila, en la costa oriental de Filipinas.
La oficina de la Defensa Civil en Manila registró 48 muertos y 38 desaparecidos en otras zonas del país, llevando el balance total a 532 muertos y 390 personas desaparecidas.
El tifón Nanmadol, que desarrolla vientos de hasta 100 km/hora, llegó a la península de Bicol, en el este del archipiélago. La nueva depresión mató a por lo menos una persona, electrocutada en la isla de Catanduanes, frente a Bicol.
Esa región habitada por unas 110.000 personas fue devastada el lunes por la tormenta tropical Winnie, que provocó grandes inundaciones e importantes aludes que mataron a más de 400 personas y dejaron casi 200 desaparecidos.