Jueves 3 de dic. de 1998

 









 

 


FAMILIA
Mariguana

Robert L. DuPont Jr. M.D.

L
a mariguana juega un papel especial en la epidemia de la drogadicción. Es casi universalmente la primera droga ilegal que usan los jóvenes. El adolescente que rechaza la marihuana tiene buenas posibilidades de evitar cualquier otra, incluyendo la cocaína o la heroína; por el contrario, si la consume, se arriesga mucho más a usar otras drogas más peligrosas. Por ejemplo, el 50 por ciento de los usuarios regulares de mariguana usan también heroína. La mariguana se ha convertido en el umbral de las drogas ilícitas en Estados Unidos. Los estudios más recientes también han mostrado que todo un tercio de los norteamericanos que prueban la mariguana, aunque sea una vez, terminan consumiéndola diariamente.

LA DROGA DE LA ADOLECENCIA NO ES TAN INOCENTE

Uno de los mitos más desastrosos sobre las drogas es que la mariguana es una droga "suave" y, por lo tanto, sin importancia. Gracias a este mito la mariguana ha sido durante las últimas dos décadas, junto con el alcohol y el tabaco, una de las principales amenazas a la salud de nuestra nación. representa, desde mi punto de vista, la única amenaza "nueva" a nuestra salud, y es más peligrosa aún porque se presenta en una nación patéticamente incapaz de manejarla.

Muchos norteamericanos han dicho durante veinte años que la mariguana es relativamente podo dañina, y en especial durante los últimos diez, muchos expertos han estado diciendo a padres e hijos que consumir mariguana es una etapa normal de la adolescencia. Un adolescente resumió esta idea añadiendo: "Los padres y los maestros deberían dejar de ser tan estrictos sobre la mariguana. No es un problema grave. Es una fase normal para los chicos que necesitan experimentado por sí mismos". Otro adolescente me dijo: La mariguana no es una droga. Es como los pantalones de mezclilla, parte de la vida". Aún más preocupante fue que el primer informe de la Comisión Presidencial sobre Mariguana y otras drogas publicado en 1971, tuviera por título: "Mariguana: una señal de la incomprensión". La clara implicación fue que la mariguana era sólo una diferencia de opinión entre padres e hijos, una incomprensión generacional y no una epidemia extendiéndose rápidamente y de consecuencias destructivas de mucho alcance. Estas dos ideas (que la mariguana es poco dañina y su uso es parte normal de la adolescencia) son las piezas más peligrosas de la falta de información de nuestra sociedad.

Yo tengo cierta responsabilidad en este desconsolado panorama porque hace diez años apoyé la descriminalización de posesión de mariguana. Lo hice bajo bajo la errónea suposición de que el consumo de dicha droga no era un problema grave y de que no teníamos que emplear la amenaza legal de prisión para oponernos al uso de la misma.

 

 

 

 


 

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