El tráfico vehicular en los distritos de Panamá y San Miguelito, es un caos total. Los fines de semana, el personal de la Dirección de Operaciones de Tránsito de la Policía y de la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre, desaparece y el asunto es sálvese quién pueda.
Largas colas de vehículos se observan en las vías principales y los autos avanzan a paso de tortuga. Solamente se observa a los policías agilizando el tránsito en el turno matutino y de lunes a viernes.
A esta situación se suma, la falta de educación vial de la que sufre el panameño común. Siempre hay conductores que se creen más vivos que los demás y utilizan los hombros de las avenidas para evitar las largas filas. Al final de cuentas aumentan los tranques y crean mayor embotellamiento. �Dónde están los policías?
Es cierto que Panamá tiene un excesivo parque vehicular e insuficientes calles, pero hay medidas que se pueden implementar para agilizar la circulación. No hay que gastarse 22 millones de dólares en semáforos inteligentes ni ser un genio en la materia, para poner en ejecución algunas alternativas.
Con un poco de lógica y acciones que no representan mayores desembolsos al fisco, se pueden resolver los tranques que se producen en algunas intersecciones. Hay un sinnúmero de barriadas en la vía Ricardo J. Alfaro, que muy bien podrían interconectarse y así se eliminarían una serie de semáforos que provocan insoportables tranques cada día y en todo momento.
Las autoridades de Tránsito deben sentarse y analizar el grave problema que afecta a todos los panameños, porque esa es su función. De no lograr hacerlo, deberían buscar asesoría externa o bien permitir que otros intenten hacer un mejor trabajo.