La ferocidad de las lluvias nos privará de contar por tiempo indefinido con la principal vía de comunicación terrestre del país: el Puente Centenario. Por el Centenario transita no solo la gente que vive en Panamá Oeste y que trabaja en la ciudad, sino toda la carga que va y viene desde el interior del país y el resto de los países de Centro y Suramérica.
Evidentemente se trata de una situación sumamente difícil, si tomamos en cuenta que ahora solo queda como única vía de tránsito el vetusto Puente de las Américas, una estructura que fue inaugurada el 12 de octubre de 1962 y que viene siendo monitoreada por los años de uso.
El más reciente censo establece que en el área Oeste de la provincia de Panamá habitan cerca de medio millón de personas, de las cuales es difícil precisar cuántas viajan cada mañana hacia la capital para llegar a sus trabajos.
Lo cierto es que con este panorama, lo menos que se pinta a partir de hoy para los panameños de todo el país es un caos automovilístico sin precedentes.
Las autoridades han actuado correctamente al cerrar el tráfico por el Centenario; la seguridad de las personas es lo más importante. Además, nadie garantiza que las lluvias que se vaticinan para los próximos días y el flujo de vehículos no empeore la situación por el Centenario.
A partir de hoy, las autoridades deben hacer todo lo que esté a su alcance para que el caos se minimice lo más posible, y los panameños tenemos que armarnos de paciencia para no perder la calma en los enormes tranques que se avecinan.