La carretera que va desde la provincia de Chiriquí hasta la de Bocas del Toro sigue siendo un peligro. Los derrumbes no cesan y los puntos críticos preocupan a los transportistas.
Los conductores de los buses de ruta, que conocen esta vía como la palma de su mano, temen viajar en horas de la noche por la peligrosidad que representa la densa neblina que en estos momentos se cierne sobre la cordillera central.
Además, los fuertes vientos que siguen azotando el sector de la Quijada del Diablo y La Verrugosa empeora esta condición, que es acompañada por las constantes lluvias que siguen cayendo en la montaña.
El MOP ha recomendado a las personas que se dirigen hacia Bocas del Toro viajar en horas del día, porque en la noche hay poca la visibilidad, a pesar de que la vía se encuentra despejada.