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Las autoridades de defensa civil informaron ayer que encontraron a siete personas más sepultadas por los aludes de lodo en el estado de Río de Janeiro, con lo que ascendió por lo menos a 41 el saldo de víctimas en dos días.
La mayoría de las víctimas murieron cuando sus casas, parapetadas en barrios pobres de Río de Janeiro, se derrumbaron por aludes ocasionados por lluvias torrenciales caídas la noche del domingo y del lunes.
Unas 2.000 personas quedaron sin hogar a causa del desastre, y el saldo de víctimas podría aumentar si se consigue gente entre los escombros, dijo el portavoz de la defensa civil, Jorge Lopes.
La ciudad más afectada fue Petropolis, unos 60 kilómetros al norte de Río, donde 26 personas murieron, informó la defensa civil. Un estado de emergencia estaba vigente desde el lunes en Petropolis, y la principal carretera desde Río permanecía cerrada hasta el mediodía del martes.
Los aludes en algunas laderas, que no son seguras para la construcción de casas, matan a decenas de brasileños cada año. Las autoridades locales no han podido persuadir a los residentes a que abandonen las áreas dado que no hay alternativa de vivienda barata. |
