|
EDITORIAL
Carrera contra el reloj
La Asamblea Legislativa inicia hoy su última semana de sesiones, para entrar en un período de receso de dos meses. Quedan pendientes temas sensitivos como el proyecto de presupuesto general de la Nación, que permaneció engavetado por casi un mes hasta que hace una semana, el pleno de la Cámara revocó el rechazo que le había dispensado en primer debate la Comisión de Presupuesto.
Ahora con apenas cinco días hábiles se pretende una carrera contra el tiempo, los legisladores se convierten en velocistas, para tratar de cumplir una labor, que debieron completar hace semanas. Mejor ni hablar de las ratificaciones de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. A menos que suceda un milagro, la Comisión de Credenciales y el pleno de la Asamblea, no podrán analizar la documentación de Winston Spadafora y Alberto Cigarruista. La Corte Suprema de Justicia deberá mantener en sus cargos a los magistrados Mirtza Aguilera y Eligio Salas, a pesar de que se les vence el período el 31 de diciembre.
El pacto META, que controla la Asamblea, ha decidido no ratificar a Spadafora y probablemente suceda lo mismo con Cigarruista, pero lo extraño es que no avancen en el proceso de ratificación o rechazo, para que el Ejecutivo presente otros candidatos.
El opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD) ha realizado incontables reuniones para definir el tema de los magistrados, pero hasta ahora nada en dos platos. Así las cosas, la Asamblea Legislativa si acaso podrá dotar al país de un presupuesto y de la ley que crea el Centro Multimodal e Industrial de Colón.
Lo del presupuesto, cuyo proyecto original asciende a 6,280 millones de dólares, está en veremos, porque todavía no se define el monto de los recortes que serán aplicados. No hay duda que toda la demora se relaciona a la reducción del presupuesto de funcionamiento de la Asamblea y la eliminación de las partidas circuitales. Mientras el Ejecutivo y el Legislativo no adelanten una negociación que defina esos aspectos, permanecerá el estancamiento y al final, se tendrá que recurrir a otros mecanismos que establece la Carta Magna, para dotar a Panamá de un presupuesto, donde lo único seguro será el pago del servicio de la asfixiante deuda externa.
Frente a las tareas incumplidas de la Asamblea y el Ejecutivo, se deberán convocar a sesiones extraordinarias y ese costo adicional, lo tendremos que pagar todos los contribuyentes, que a la postre son los que cargan con todo el peso de los desaciertos de nuestros políticos.
|
PUNTO CRITICO |
 |
|
|
|