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De acuerdo con el Contralor General de la República, en la Universidad de Panamá se han extraviado 750 mil balboas. Estaban destinados al ajuste salarial de los empleados administrativos, pero según el contralor Weeden, fueron utilizados para otros propósitos.
El rector de la Universidad y miembro conspicuo del PRD, Julio Vallarino, niega haber recibido la partida y dice que además de los 750 mil, necesita otros 821 mil para ajustarles el salario a los profesores.
Como la polémica gira en torno al uso de recursos públicos-pertenecientes al pueblo panameño-hay lugar para una investigación exhaustiva que esclarezca el asunto.
La Universidad de Panamá maneja un presupuesto cercano a los cien millones de balboas anuales. Los servicios educativos e investigativos que ofrece a la comunidad, sin embargo, son deplorables.
En vez de ser modelo de excelencia y seriedad académica, la Universidad es foco de clientelismo, mediocridad y despilfarro. Una pandilla de seudo intelectuales se ha tomado la institución, para convertirla en su finca personal, sin ninguna consideración por las apremiantes necesidades educativas del pueblo panameño, como ha venido denunciándose en los medios de comunicación, especialmente en El Panamá América, que le ha dedicado mucha atención al tema.
El desarrollo con justicia y equidad al que todos aspiramos no será posible sin una Universidad idónea, por lo que es preciso adecentarla. Hay que partir por la auditoría propuesta y extenderla a todas las Vicerrectorías y las sedes regionales, donde los abusos son incalificables. |
