El año 2008 se perfila como el año preelectoral más intenso en muchas décadas. Lo que está en juego es el control de un país que se encuentra en un período de franco crecimiento económico, con incontables nuevas posibilidades de negocios y muchas otras que incluso están por descubrirse.
En el lado del gobierno se encuentra nuevamente un Partido Revolucionario Democrático que si bien ha sufrido verdaderos problemas de credibilidad, escándalos de corrupción y el arrastre de las tragedias ocurridas en salud pública y el transporte, cuenta con una ventaja numérica avasalladora sobre el resto de los colectivos políticos.
Mientras el PRD cuenta con 581 mil 377 adherentes, todos los partidos opositores combinados suman 541 mil 703 inscritos.
No obstante, ninguno de los posibles candidatos que se perfilan por el PRD: Ernesto Pérez Balladares, Samuel Lewis Navarro, Juan Carlos Navarro o Laurentino Cortizo, cuentan con la aceptación con que contó en su momento el actual Presidente Martín Torrijos cuando era candidato. Y esa popularidad se ha venido erosionando en 2007.
Por el lado de la oposición, aún existen serios obstáculos para el logro de una única alianza electoral. La oposición es un monstruo de cuatro cabezas: Ricardo Martinelli con Cambio Democrático; Guillermo Endara con Vanguardia Moral de la Patria; Guillermo Ford con Unión Patriótica y Juan Carlos Varela con el Partido Panameñista.
Las elecciones interpartidarias, creadas con el supuesto propósito de unificar criterios de candidatos a la hora de alianzas políticas, podría terminar siendo el elemento divisorio final para los diversos intereses en la oposición.