Martes 19 de enero de 1999

 








 

 


EDITORIAL
La obra del "muerto"

El candidato perredista al solio presidencial, Martín Torrijos, vocea el recuerdo filial que lo enorgullece, y osa lanzar retos provocadores a los opositores acusándolos de pretender "matar al muerto", cuyas ejecutorias permanecen vivas en la memoria popular panameña.

El desafío de Martín obliga a recordar la obra del muerto, comenzando por señalar el ascenso al poder mediante la traición histórica de los cuarteles que maculó el uniforme castrense; evento donde se encarcelaron centenares de compatriotas disidentes; se excluyeron profesores y alumnos de la Universidad; se desterraron a las latitudes de la Tierra diáporas de opositores; se asesinaron patriotas nacionalistas en las ergástulas de Coiba y Modelo; se lanzaron víctimas al mar desde helicópteros, se expropiaron por abuso e ilegalidad patrimonios de respetables familias; se desaparecieron sacerdotes predicantes de la hermandad evangélica; se cancelaron los partidos políticos; se removieron los concejos municipales; y se dictaron normas aberrantes violatorias de derechos humanos y civiles, propias de los oscurantismos surafricanos y soviéticos.

La obra del muerto resalta por el faraónico endeudamiento que llevó al dispendio y el suculento aprovechamiento indebido de acólitos y favoritos, así como los disparatados proyectos antieconómicos, tales como siembras azucareras en tierras ácidas; cultivos de mangos en terrenos inadecuados; enclaves turísticos en islas carentes de agua; urbanizaciones en albuferas que inunda los aguajes; editoras sumisas sometidas al dogal del culto a la personalidad del mandamás; y en síntesis, el desastre que por más de veinte años rigió la vida panameña sometida a los temores del miedo y el viento frío de la persecución, las delaciones, el atropello y la indignidad.

La institucionalización de los informantes políticos del G-2 minó la vida vecinal; afectó las relaciones domésticas, y llevó a la generalización de las desconfianzas y las sospechas; así como al afianzamiento triunfal de los enajenados, desviados de alma y sentimiento, que florecerían en plenitud con el discípulo Manuel Antonio Noriega y su cohorte de torturadores sádicos.

Hoy, en torno al candidato perredista hacen ronda y aplauden desaforados personeros de cúspide que llenaron faldiqueras con jugosos contratos, en préstamos y canonjías estatales, y es rumor a voces que persisten en las glotonerías de sus ambiciones acrecidas y cultivadas entonces por "el muerto" idolatrado.

El balance de la obra destructiva que el torrijismo esparció por la vida panameña lo acusa y califica de infame tragedia que todavía roe el alma nacional y mantiene abiertas heridas de crimen, luto y llanto, aun cuando personeros acodados a subalternos compromisos lo nieguen y defiendan con ardor... y por genética.


 

 

 



 

AYER GRAFICO
El presidente de la Asamblea Nacional, Jacinto López y León, juramenta una colega


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no tengo buenos modales


OPINIONES




 

 

PORTADA | NACIONALES | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1995-1999, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.