Se ha perdido todo. Las panameñas no les importa exhibir sus cuerpos desnudos en una película a cambio de una paga de 100 balboas.
La pornografía dejó de alquilarse en los videos; ahora son nuestras mujeres las que aparecen en las imágenes. Eso es lo que se vive. Es la pura realidad de una sociedad con carencias morales y que ignora la importancia de los valores en el núcleo del sistema.
�Qué está pasando con el pudor? La palabra parece no existir en el vocabulario de estas personas que prácticamente lo hacen de forma descarada. �La necesidad tiene perro con como dicen el los barrios populares? No lo sabemos, pero lo cierto es, que cuando hay niños de por medio, las madres solteras y sin empleo son capaces de hacer de todo para dar de comer a sus hijos, aunque esto signifique prostituirse.
La raíz del problema de la prostitución o de la pornografía es sin duda la falta de oportunidades de empleo, pero más todo lo imaginables es el pecado del hombre frente a las leyes de Dios. Si la humanidad entera se sometiera a la voluntad del Creador, lo demás vendría por añadidura y la prosperidad acariciaría las puertas de nuestra nación.
Las autoridades gubernamentales deben prestarle mucha atención a estos casos. No hay que decir que son situaciones aisladas. No, por el contrario, es la luz de advertencia que nos indica que hay algo malo en la sociedad que debemos arreglar lo más pronto posible.
Actuar ya es el momento. Mañana tal vez será demasiado tarde porque desafortunadamente la industria que crece más rápido en el mundo es la del pecado. Es como decir que lo malo es lo más fácil de aprender.
Cambiemos esta mentalidad y hagamos que la ruede gire en otra dirección, donde las calles no tienen abismos oscuros como la pornografía.