La escena era macabra. Dos cuerpos putrefactos con evidencias de haber sido víctimas de ejecución fueron descubiertos ayer en un paraje inhóspito en la ruta a El Astillero de Juan Díaz, próximo al Corredor Sur.
Uno de los cadáveres presentaba un orificio de bala en la parte baja del abdomen. El otro cuerpo mantenía en una de las manos un reloj de hombre y una sortija; en la otra una pulsera y un guante.
Los cadáveres estaban desnudos, pero es probable que la propia descomposición haya destruido también la vestimenta. Al lugar también llegaron familiares del taxista Héctor Córdoba, desaparecido desde el 26 de diciembre.