Martes 12 de enero de 1999

 








 

 


FAMILIA
La negación de uso de drogas

Roberto L. DuPont Jr. M.D.

El promedio más difícil al tratar el síndome de dependencia de las drogas no es, sin embargo, la limitación o complejidad del modelo del síndrome; es la negación. Los usuarios, tal como he señalado, están raras veces deseosos de enfrentar directamente los hechos de su dependencia. Cuando era estudiante de medicina y estudié la hipnósis, aprendí una lección muy útil que más tarde me ayudó a entender el fenómeno de la negación. Si se hipnotiza a una persona y se le ordena caminar y abrir una ventana en un momento preciso, y se le dice que no recordará las instrucciones que se le dieron bajo hipnosis, hará lo que se le dijo bajo la fuerza de la sugestión hipnótica. Si se le pregunta, una vez despierta, "¿Por qué abriste la ventana?", contestará algo así como "sentí mucho calor aquí adentro". Es decir, racionaliza su conducta debido a que no puede decir la verdadera razón que la motivó.

Este fenómeno es similar al que se presenta cuando se pide que dejen de usar droga y que consideren las consecuencias. Recionaliza y justifican su doncudta negando la conexión entre el uso de drogas y las consecuencias. Por ejemplo, si el usuario no se presenta a trabajar el lunes debido a que el fin de semana consumió gran cantidad de drogas, dirá: "Tuve un resfriado ys entí que no podría trabajar". Cuando se presentan accidente automovilísticos, también los racionalizan: "El tonto frenó frente a mí sin ninguna señal. Por eso le pegué a su auto". Parte de esto es una mentira. Pero algunas veces, según mi experiencia, el usuario es tan inconsciente de la conexión entre su consumo de drogas y sus consecuencias como el sujeto hipnotizado es incosciente de la razón por la que abrió la ventana durante el experimento.

Uno de los elementos únicos y extremadamente trágicos del síndrome de dependencia de las drogas es que la gente no quiere conocer los hechos que se relacionan con la drogadicción. Para descubrir las rzones debemos considerar algunos factores culturales y biológicos, así como las suposiciones equivocadas de que los efectos negativos son escasos cuando se inicia el consumo de droga y las motivaciones monetarias. Estos factores invaden el pensamiento del país como un todo y parecen estar firmemente enraizados en la conciencia tanto de usuarios como de no usuarios.

FACTORES CULTURALES

Tradicionalmente existe en Estados Unidos la libertad individual, basada en el idealismo del siglo XVIII, reforzada en las últimas dos décadas por la cruda caricatura de la cultura joven: "yo a mis asuntos y tú a los tuyos". Esta actitud está implícita en la fuerte resistencia del usuario a admitir su dependencia y de ver las consecuencias de la drogadicción, mientras que, al mismo tiempo proporciona un importante refuerzo a la negación. Al dejar que el individuo decida usar o no drogas, aumenta el riesgo de depender de ellas de la misma manera que la intervención de los demás sobre la decisión propias lo reduce.

En otras palabras, el placer del cerebro distorsiona el juicio, un drogadicto racionaliza el uso de la droga para aumentar el placer, disminuyendo así su capacidad normal de juicio. Si el usuario confía más en el juicio de los demás respecto a usar o no drogas, podría llegar a superar la negación.

Por desgracia, la mayoría de las veces esto no ocurre. En la actualidad los factores culturales que promueven el autocontrol total y que desalientan el control familiar y comunitario sobre el individuo, hacen imposible esta solución y, por lo tanto, estimulan la dependencia de las drogas.

 

 

 

 



 

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